martes, 1 de septiembre de 2009

El hombre desafortunado

Caminaba sin parar en la oscuridad de la noche. No sabía si saldría de allí. La oscuridad empezó a substituirse lentamente por un bonito amanecer que iluminó su cara. Hacía tiempo que se ocultaba en el bosque. La razón de que estuviera allí era una serie de infortunios que habían provocado que en cada rincón de la ciudad hubiera un cartel de busca y captura buscándole. Anteriormente, él no solía tomarse las cosas muy en serio, pero ahora que todos los habitantes de Simlerburg le buscaban, veía las cosas con más seriedad. "Vivo o muerto", eso es lo que ponía en los carteles bajo una foto suya. Había tenido que abandonar su hogar y su família con una sola carta dando explicaciones de su partida. El era un pobre hombre desafortunado, pero las cosas tan insignificantes como ese amanecer, el cual contemplaba con mucha atención, le hacían recordar que la vida es bella y hay que vivirla.

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